martes, 27 de septiembre de 2011

COMO DEFRAUDAR A TU HIJO

Leyendo un artículo del País Semanal en el que se trataba lo absurdo de la competitividad que hay en ciertas modalidades deportivas, me vino a la cabeza una escena del Tri de Valencia.
Estaba viendo la llegada a meta en la rampa, a escasos 100 metros del arco. Era la zona donde muchos triatletas cogían a sus hijos y compartían el momento de su llegada con ellos. Veías como los niños esperaban impacientes que fuera su padre el que apareciese por la curva para cogerse de su mano y correr junto a él. Veías sus caras de alegría cuando aparecía su padre y sus caras de envidia sana cuando otro nene salía a correr con su padre. Las caras de orgullo de las madres/mujeres tampoco tenían desperdicio.
La cosa es que, justo a mi lado, tenía una chica con su hijo de unos 4 años que esperaban que llegará papá para salir a correr con él. El papá aparece a unos 100 metros y el niño lo ve enseguida. Comienza a saltar y a gritar loco de ilusión. La madre se prepara para darle el crío y cuando el corredor llega a su altura le dice que no lo coge que va muy mal. La expresión de la madre paso en décimas de segundo del orgullo al odio y la del nene de la ilusión al lloro más desconsolado. Mientras, el señor seguía corriendo, a un ritmo más que aceptable, para disfrutar de sus últimos 100 metros. Supongo que muy orgulloso de ser triatleta.
¿Pero que pasa por la cabeza de alguna gente? ¿Cómo le puedes hacer esto a tu hijo? Este deporte es algo más que cruzar una meta o acabar una miserable prueba por muy larga o dura que sea.
O yo no entiendo las cosas o hay gente que no se entera de nada.

viernes, 23 de septiembre de 2011

COMO HACER LARGA DISTANCIA Y NO PARECER UNA ANCHOA

Problema casi imposible de resolver al menos para mí. Muchos contestarían que hay que hacer pesas y joder, eso también lo se yo. El problema es cuando. Cuando por falta de tiempo pero también por falta de ganas.
Lo cierto es que este año me he propuesto meter algo de pesas sea como sea para ver si dejo de bajar de peso. Al principio hasta te gusta cuando alguien te dice lo flaco que te ve o lo "fino" que te estás quedando, pero cuando ves que empiezas a parecer una anchoa y que gramo a gramo vas bajando sin poder hacer nada, hay veces que te toca hasta las pelotas.
Así que toca pasar al menos una vez por semana por el "divertidisimo" mundo de los gimnasios porque lo que es parar no pienso parar.
 
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