jueves, 11 de agosto de 2011

CRÓNICA IRONMAN REGENSBURG (II) CICLISMO

Entro en la carpa y veo que están Julito y Silencios cambiándose. Empiezo a sacar las cosas de la bolsa y me cambio completamente de ciclista poniéndome el maillot de la Selección Española. A la que me doy cuenta también están en la carpa Borja, Juanito y alguno más que ahora no recuerdo pero es que todo esto pasa muy rápido. Para mi no tan rápido porque se me van 15 minutos en los que encima no cojo el chubasquero porque en ese momento no llovía y no me cabía en los bolsillos traseros. Paro a mear antes de coger la bici y a rodar. No tarda ni tres minutos en comenzar a llover y yo sin chubasquero. Había cogido un cortavientos de los de Decathlon que llevaba en el bolsillo y me había puesto el chaleco que dieron en Elche el año pasado y que al menos me paraba el frío en el pecho.
En la web parece que el perfil es más o menos llanos con alguna rampa pero sin muchas complicaciones, pero de eso nada. Se sube bastante y el plato pequeño hay que meterlo unas cuantas veces, a no ser que seas como casi todos los guiris que se empeñaban en subir emplatados y sentados y a los que pasabas subiendo de píe con plato pequeño y piñones grandes con una facilidad asombrosa.
En una de las primeras subidas se pone a mi lado un gallego:
- Tómate la primera vuelta con calma y en la segunda ya te aprietas, que esto es muy largo. Y no olvides que el Ironamn empieza en el kilómetro 28 de la maratón.
Luego, cuando le digo que es mi primero me comenta que lleva 29 IM y que tiene un blog. Cuando le pregunto el nombre:
- Constantino Ares, pero el blog es Irontante.
- ¡No me jodas! Si te he leído cientos de veces.
Nos damos ánimos y él tira para delante.
Empieza a llover de manera más seria y decido parar a ponerme el cortavientos porque estaba empezando a pasar frío y para algo había cargado con él. Duró seco 20 segundos pero si que quitaba algo de frío. Había ido con tiento en las bajadas porque llevaba las pro race3 sin nada de dibujo y no me fiaba un duro, pero en la primera ocasión que me toca tirar de frenos, éstos no empiezan a frenar hasta casi 2 segundos después y me viene justo parar hacer la curva. A partir de ese susto decido tirar de frenos con bastante más antelación para darles tiempo a evacuar el agua de la pista de frenado.
Llovía sin parar, hacía un poco de frío y mucho aire en alguna zona. Aún así habían algunas personas animando en la carretera y yo se lo agradecía levantando el pulgar o sonriéndoles.
Me sorprendió mucho que pasará a atletas de ambos sexos bastante gruesos durante todo el sector de bici, incluso al final, y me preguntaba como habían nadado tan rápido. Esta es una de las cosas que más me ha sorprendido en el Ironman; lo que andan algunos que no lo aparentan en absoluto.
Pasan los kilómetros y voy alimentándome metódicamente; barritas, sandwich y medio de serrano y queso, plátanos, gelatinas y pastillas de maltodextrinas. Llevaba un bidón con 6 geles disuelto e isotónica del que iba dando pequeños chupitos y que acabé en el 170 y en los avituallamientos alternaba un bidón de agua con uno de iso.
Antes de entrar en la T2 veo a Patricia que me estaba esperando y entro para boxes. Llevaba poco más de 6 horas y media que para estar el día como estaba y haber parado a mear dos veces no estaba nada mal.

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