
El gesto, la mirada, la manera como sujeta el cigarro entre sus dientes, la situación...reflejan a un hombre duro, de esos que siempre he admirado, de esos que se sobreponen a cualquier circunstancia y que son capaces de enfrentarse a cualquier situación, de esos que es raro encontrarse hoy en día. Y cuando hablo de tíos duros no me refiero a esos hormonados de gimnasio, de seguramente escaso intelecto, que tras sus músculos y su agresividad suprahormonal tratan de aparentar al resto que son duros y peligrosos, y que casi seguro que en su colegio eran el blanco de muchas de las collejas. Mas bien hablo de ese tipo de gente, seguramente de la mitad de tamaño, que ante una amenaza o una vejación de estos primeros lo mas probable es que le dirija una mirada y al segundo le descerraje un puñetazo en la nuez que deje sin sentido a ese "otro tipo duro". O de esos tipos que donde otros habían dicho es imposible no puedo mas, ellos siguen adelante y no se detienen a no ser que revienten. O de esos tipos que asumen retos que para el resto de los mortales serian imposibles. O de esos que pudiendo optar por la solución fácil escogen la que mas le gusta por dura y exigente que sea. O de esa gente que saca adelante una familia con los que otros no pasarían un día. O de otros muchos mas.
Los admiro y siempre los seguiré admirando, tal vez porque me gustaría ser como ellos.
Para alguien normal como yo, hoy ha tocado una sesión de pierna en el gimnasio
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