lunes, 26 de octubre de 2009

CRÓNICA ÁRBOLES Y CASTILLOS (II) RIBARROJA-BENAGUASIL


A las 8 de la mañana, y mientras desayunaba, ya sabía yo que si mi tobillo se lo permitía mi enemigo del día iba a ser el calor, y es que aunque corría a las 10:10 con el cambio de hora de esa noche el sol que me iba a dar era el de las 11.
Llegamos a Benaguasil para dejar un par de coches en la meta y veo que Sergio se para a preguntar.
-Joder-pienso-de todos a los que preguntar va y elige a un rumano que se va a la naranja.
Pues resulta que de rumano nada, que era uno de esos freakys que hay en este mundo de las carreras que había llegado a su etapa con 3 horitas de antelación y estaba haciendo tiempo. Por supuesto en dos minutos, si llegaron, de conversación nos contó todas sus lesiones, marcas, carreras... Sergio vaya amiguetes que te gastas.
En la salida le dí un repaso rápido a los que corrían conmigo y calculé, así a ojo, que podría ganar fácil a uno o ninguno. Mucho nivel en la prueba de este año.
Empezamos a correr y en un segundo Sergio ya ni existe, pedazo de carrerón que se pegó el colega, 5º. Rober y yo, juntitos toda la carrera, salimos con cabeza. Primer kilómetro, miró el GPS y vamos a 4'20'', posiciones penúltima y antepenúltima, ¡la madre que los parió!. Nos metemos en el parque fluvial y poco a poco vamos pasando a algunos corredores. La humedad ahí abajo espectacular, menos mal que habían añadido algún puesto de agua más y pudimos quitarnos algo el calor. Sobre el kilómetro 8 empiezo a pasar un infierno con el calor y noto que mis piernas no van pero mis pulmones menos aún. Peligro, mi cabeza empieza a no ir tampoco, pienso que si voy así en 8 kilómetros como pienso ir a 4'30'' en la media y como cojones pienso en hacer algún día un iroman. Sé que estos pensamientos los tengo que borrar como sea. Pienso que no soy un corredor, que soy, o trato de serlo, un triatleta y que eso conlleva seguir hasta reventar, el abandono no es una opción. Me concentro en no perder la "rueda" de Rober que en mis momentos de mayor sufrimiento baja el ritmo para que no me quede solo. Con este calvario llego a la última rampa, terrible, de unos 300 metros, y se que ya no nos queda mucho. Tenemos a un corredor a tiro y vamos a por él. Le pasamos en la bajada y entramos en meta los dos juntos con 1h04'16''. Al final no salió tan mal pero yo llegué a la meta completamente vacio. Mentalmente creo que este sufrimiento me ha hecho algo más fuerte.
Rober, gracias amigo, podías haber mejorado tu tiempo pero has decidido no dejarme solo cuando más estaba sufriendo.

1 comentario:

  1. enhorabuena por haber terminado la etapa, en las situación que te encontrabas, sin duda ese sufrimiento experimentado te valdrá mucho para las próximas citas donde sufras igual e incluso más. Mi maratón de Calella fue casi en casi 6 horas, imaginate el sufrimiento y cuantas vueltas le das a la cabeza. Siempre me acuerdo de Luis Enrique en el dvd de SUEÑOS POR HORA," TU SABES LO DURO QUE ES DAR UN PASO TRAS OTRO CUANDO NO PUEDES", cuanta razón tiene. Los triatletas estamos hechos de otra pasta, te lo aseguro. Enhorabuena

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